sábado, 22 de noviembre de 2008

ENFERMAR DE MÁS

Desde que en el mes de Agosto descubrí que tenía un tumor maligno en mi pecho derecho, he pasado por muchas sensaciones.

Primero, sentí mucho miedo, porque cuando te dicen que tienes cancer, no sabes que va a pasar y como te va a afectar, solo tienes tú imaginación que va por libre y asocia la información recibida a los pocos conocimientos que tienes sobre el tema y que te lleva a pensar en un destino fatal.

Conforme pasaban los días y me iban haciendo pruebas, para analizar el tumor o para detectar si había metástasis, me fuí calmando. La mayoría de profesionales que me atendieron, me decían que se trataba de un tumor que no era muy grande (2 cm.), y que con estas medidas acostumbraban a tener muy buen pronóstico.

Aclarar que por lo general estas pruebas no son en absoluto traumáticas, y no te ocasionan grandes transtornos, aparte de la propia angustia que llevas contigo, por la situación por la que estás pasando y por conocer esos resultados, siempre esperando que sean lo más favorables posible.

Luego, los nervios por la intervención quirúrjica. Era la primera vez que entraba en un quirófano. Ni me enteré, salí sin haber sentido lo más mínimo y la convalecencia fue de lo más suave. Mis momentos más críticos, "los tirones" de cuando me quitaron el drenaje y los puntos.

Después de ésto, algunas pruebas más, y pasamos a los tratamientos de quimioterapia y radioterapia. De momento sólo he pasado por una sesión de quimio de un total de cuatro a razón de una cada 21 días.

La sesión de quimioterapia. Como en cada persona las reacciones son distinas, no puedo opinar sobre los demás, pero sí puedo decir que en mi caso concreto, la sesión no llegó a durar una hora y que mientras la recibía temía sentir algún dolor, pero no fue así.
Los efectos llegaron después, cuando al día siguiente empecé a sentir un cansancio indescriptible, y muchísimo sueño, con lo que me pasé tres días en que prácticamente no salí de la cama.
Aparte, de vez en cuando sentía unas náuseas que creia acabarían derivando en vómito, y éste llegó de forma muy leve.

Creo que hemos llegado a la fase de la caída del cabello, porque lo siento, siento como la raíz de mi pelo duele un poquito, y ahora voy "soltando" más pelos por todas partes.

Y aparte de saberme más vulnerable a los virus y demás afecciones comunes como gripes y resfriados a causa del descenso de mis defensas, no tengo ningún otro síntoma o dolor.

Trás descubrir mi dolencia, decidí entrar en internet y comenzar a conocer más sobre el tema y a través de diversas páginas y después de acceder a algunos blogs, he llegado a los testimonios de algunas personas, que han decidido hacer públicas sus inquietudes y sus sensaciones.

He de decir que la información que he recibido de estas personas, a mí concretamente, me ha ayudado mucho, porque me han aportado mucho conocimiento acerca de la enfermedad y su tratamiento, ya que generalmente se trataba de personas que iban algunos pasos por delante de mí.

Por lo general se trata de personas que transmiten una vitalidad y un optimismo ideales para afrontar situaciones a veces inciertas, por lo que de desconocido tiene el tema cuando llegas a él por primera vez y sufriéndolo en tus carnes.


lo que no me parece bien

Pero a todo ésto, también debo decir que he visto que hay personas que utilizan la enfermedad para autocompadecerse demasiado.

Seguramente se trata de un acto involuntario, sin ánimo de hacer daño a nadie, pero estas personas perjudican su propia curación y la de los demás que creen que deberían encontrarse mal.

Yo misma, llegué a creerme una "inconsciente" por no sentirme peor, pero pensaba si no me encuentro mal, porque tengo que sufrir. Además, a mí me han dicho que todo tiene que ir bien, entonces ¿Porqué esforzarnos en creer otra cosa?

Una vez entras en "este club" (así es como le han empezado a llamar algunos), te encuentras con muchas personas que sufren otros tipos de cáncer o el mismo pero en situaciones más graves o por lo menos un poco más complicadas, y no puedes entender que personas que se encuentran en tu misma situación se sientan víctimas.

Las personas que han pasado por un proceso similar al mío, deberían sentirse afortunadas, por haber vivido la cara más suave de una enfermedad que otros han sufrido de una manera más dolorosa o traumática.

Ayer conocí un nuevo caso, se trata del hijo de un amigo, de unos 18 años, que ya está recibiendo quimioterapia, y en su caso es a diario. Por este motivo le han puesto un port-a-cath.

Este chico, prescindiendo ya de la gravedad o del estadio del tumor, está recibiendo quimioterapia todos los días, lo cual ya es un transtorno superior al mío. ¿Cómo puedo compararme a él?
Cuando su padre me lo explicaba casi sentía vergüenza por decir que yo sufría de lo mismo. No, no es lo mismo. Tiene el mismo nombre, pero no es igual.

No me siento enferma, y hay mucha gente que debería sentirse igual. No sé si es por esta supuesta inconsciencia mía.
En cualquier caso, cuando esté enferma, ya avisaré.
Tampoco pretendo señalar a nadie, espero que no haya quien se dé por aludido. No es esa mi intención. Cada uno supera las cosas a su manera, pero no puedo evitar pensar que injustos somos a veces y el daño que hacemos, incluso sin querer.